El asma: una forma psicosomática de enfermar
Asma: una forma psicosomática de enfermar
Esta enfermedad está considerada desde el S. XX como una de las 7 importantes enfermedades psicosomáticas (“las 7 de Chicago”), que describió Franz Alexandre en 1950, científico de la Universidad de Chicago (la úlcera péptica, la colitis ulcerosa, la neurodermatitis, el asma bronquial, la hipertensión, el hipertiroidismo y la artritis reumatoide).
No poder respirar es un síntoma muy angustioso. Es un síntoma que remite enseguida a algo mortal …no respirar es morir.
Es una enfermedad que afecta a 100 millones de personas en el mundo. En el 80% los síntomas aparecen antes de los 5 años, el 30% antes de los 2 y en el 40% antes del año. Es más frecuente en la infancia en varones y en el 50% aproximadamente remite antes de los 10 o 15 años de forma espontánea.
Consiste en una inflamación de las vías espiratorias. Es una repuesta extrema del sistema inmunológico a un agente externo, alérgeno, en el caso del asma extrínseca y a una reacción extrema que provoca el propio sistema inmunológico contra sí mismo, en la forma Intrínseca.
Esta última es más frecuente en la edad adulta, en mujeres y tiene peor repuesta al tratamiento médico. Posiblemente por tener más carga simbólica y ser la expresión de algún conflicto que se reactiva por alguna situación actual, vivida como traumática y remite a un conflicto infantil. Un 30% reactivan en la vida adulta el asma infantil.
Según entendemos, desde nuestra perspectiva, el enfermar psicosomático, sería una forma de expresar a través del cuerpo algo que no se puede expresar a través de un conflicto psíquico o a través de una expresión emocional. En estos pacientes es frecuente encontrar un nivel bajo de mentalización y un vía psíquica que no tienen la estructura necesaria para poner en mente lo que a uno le duele o traumatiza y se tramita a través del cuerpo.
Los factores implicados en cualquier cuadro psicosomático son múltiples, lo genético, lo ambiental y lo psicológico-emocional, se interrelacionan.
El psicoanálisis fue el primer enfoque que ha investigado y ha tratado de explicar estos trastornos o enfermedades somáticas a través de cómo funciona nuestro aparato psíquico.
Intentamos comprender el Asma y al paciente asmático.
Además de los otros factores, el factor emocional o psicológico lo entendemos como muy determinante en el desarrollo de esta enfermedad.
Está consensuado por la mayoría de los autores, que en el asma las vicisitudes del vínculo madre /hijo es un factor decisivo en la activación del trastorno y mantenimiento de este.
Los estudios psicoanalíticos y psicosomáticos han relacionado este padecimiento con situaciones reales o inconscientes de pérdida o de separación.
Nora Koster (2001), nos dice que el factor emocional básico del niño asmático es un conflicto entre el deseo de mantenerse dependiente y así aceptado por la madre y un deseo de afirmación y progresiva independencia que podría ser motivo de un posible abandono de la mamá y ese sería el temor subyacente que le puede mantener en ese estado de poca independencia y vivencia de encierro. En las madres este tipo de vínculo no es consciente y es producto de una posible repetición del vínculo dependiente con sus propias madres. Sería una repetición del vínculo vivido.
Ella mantiene, que es frecuente encontrar una actitud ambivalente de la madre hacía el hijo, con conductas sobreprotectoras, invasoras y una presencia excesiva, qué tienden a compensar la falta de sostén maternal adecuado.
En diferentes trabajos se describe la presencia de síntomas depresivos en la madre, así como la pobre afectividad de esta, que se ha asociado a mayor severidad de asma en el hijo.
También se observó alta frecuencia de madres controladoras, posesivas, intrusivas, pero con esa actitud abandonica y ambivalente subyacente.
Se concuerda en diferentes estudios, que el niño asmático vive y crece en un ambiente de características inestables afectivamente. (Garciandía e Ibarra. 2012)
El asma en un principio puede desencadenarse por una causa alérgica pero luego se manifiesta como una reacción condicionada y relacionada con conflictos psicológicos y emocionales.
Szwec, en su libro “El Niño Asmático”, nos dice, que solo los psicosomatólogos atribuyen una potencialidad alérgica asentada en las características de funcionamiento psíquico. Habría un perfil de personalidad(alérgica) que puede predecir si hay esa tendencia a las somatizaciones y a las alergias.
Desde la teoría de Pierre Marty, el origen de este tipo de rasgos de personalidad alérgica estaría en un fallo en la fase del desarrollo evolutivo de separación e individuación, que no se supera adecuadamente. Esto sucede por un tipo de vínculo descrito como “invasor” con la madre, que no permite al niño vivir la experiencia de separación suficiente para poder detectar al extraño. Los niños en su evolución o desarrollo normal viven la experiencia de “angustia ante el extraño” sobre los 8 meses, se alertan ante quien no es su mamá. En los niños asmáticos se ha observado que esto no ocurre. No diferencian bien al “objeto mamá” del “no mamá” y esto conllevará problemas en el plano relacional en su desarrollo, aspecto previo a la enfermedad alérgica o al asma. Este perfil puede también encontrarse en otras patologías y no necesariamente por tener estos rasgos se padecería asma, pero en los casos de pacientes con asma es frecuente encontrar este perfil.
La actitud de esa mamá ansiosa y sobreprotectora evita al niño la confrontación con la angustia ante el extraño. Es un tipo de vínculo con una carga libidinal tan intensa que dificulta en extremo la separación, pudiendo quedar en un vínculo de características fusiónales que le causara problemas en las relaciones futuras. Esta actitud o tendencia sobreprotectora de la madre se suele incrementar también con la aparición del asma.
“Madre si te alejas me angustio y si estás tan cerca me ahogo”, con esta frase que define tan bien este vínculo, explica Capdevilla como en el caso del asma hay algo que hay que “abrir” algo que ha quedado cerrado porque no ha habido espacio para salir, ha quedado dentro. Comenta el caso de un niño que comenzó a “desahogarse” en la entrevista con el psicoterapeuta, la mamá estaba fuera, pegada con su oreja a la puerta, no se podía separar, el hijo al quedarse solo pudo empezar a abrirse y a hablar y poco a poco se le fue pasando la crisis con la que había entrado a consulta.
Las madres con su exceso de atención o sobreprotección no son conscientes del poco espacio que dejan al hijo para separarse bien. El niño no experimenta su ausencia, por lo tanto, no hay angustia de separación, pero si “falta el aire”.
Encontramos en el funcionamiento psíquico de estos pacientes psicosomáticos, en general y también en los asmáticos, dificultades parar eliminar bien las excitaciones a nivel mental o psíquico y puede producirse un exceso de tensión que no encuentra canales mentales para tramitarse. No gestionan bien lo emocional. Ante cualquier situación vivida como traumática, al elevar el nivel de estrés o tensión puede producir un desbordamiento qué las defensas no pueden frenar y se canalizaría a través del cuerpo, ahí aparecería la afección somática.
Los acontecimientos mencionados en la diada madre e hijo dificultan el buen desarrollo y limita el buen funcionamiento del aparato psíquico para canalizar la excitación y las situaciones traumática, y solo queda la vía de la somatización.
“La afección como el asma aparece habitualmente como respuesta a excitaciones acumuladas que no han podido ser descargadas por vía mental” (SZWEC)
Desde nuestra forma de entender la enfermedad psicosomática, descuidar el aspecto psíquico del asma sería dejar fuera uno de los componentes o factores importantes y esenciales para vencer y superar esta enfermedad.
En cada paciente es de suma importancia una evaluación exhaustiva de su perfil de personalidad, su estado clínico, la historia evolutiva, vital y su situación social y familiar. Este tipo de trastornos son atendidos desde lo médico y lo psicológico. El diagnóstico diferencial en cada caso es fundamental, para la aplicación de la terapia más adecuada. Desde nuestro enfoque el tratamiento psicológico será llevado a cabo por profesionales especializados en psicosomática.
Nuestro trabajo como psicoanalistas y psicosomatólogos será el ayudar a estos pacientes a que hagan bien está separación, ayudarles a encontrar su espacio mental y facilitar la palabra para liberar al cuerpo.
BIBLIOGRAFÍA
La psicosomática de niño asmático. G. Szwec. Ed. Leviatán 2012
Un enfoque psicoanalítico de un caso de Asma. Juan C. Capdevilla. 2016
Una visión psicológica del asma bronquial. Nora Koszer. 2001